Los comentarios nos dicen que la educación ya es todos, se puede visualizar que eso se quedan en palabras. En la provincia de Cotopaxi, cantón Latacunga, Parroquia Toacaso, todavía vivimos muy lejos de la tecnología, las escuelas son unidocentes, no cuentan con pupitres adecuados, las maestras trabajan con 30 a 40 niños y con 6 niveles.
Los niños de las comunidades rurales salen son deficiencia de conocimientos básicos y cuando se van al colegio tienen el problema de matemática, ingles, computación, particularmente de las comunidades de: Quillusillin, Chisulchi Chico, Chisulchi Grande, Moya San Agustín, Moya Grande, San Francisco y San José.
La directiva de padres de familia en coordinación con el proyecto Wiñari se ha gestionado ante el Ministerio de educación la reapertura de la escuela fiscal en la comunidad de Chisulchi Chico, después de 3 años que estuvo cerrado, en el mes de octubre del 2010 nuevamente da la esperanza a los niños de esta comunidad a continuar estudiando.
El reto más grande para la organización y el proyecto Wiñari es que los niños y las niñas se mantengan en las aulas (escuelas, colegio y Universidad) y que por ningún motivo se retiren, incluso ni por el fallecimiento de sus padres, tengan que dejar sus estudios.
"Si no existiera los programas establecidos por el proyecto y la organización, déjenme decirles que no existe en ninguna otra parte del país las estrategias de erradicación del trabajo infantil indígena. Los niños, unos de los que están aquí hubieran tenido que dejar la escuela", aseguró el Presidente Remigio Sillo.
Responsable: Milton Corrales
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